domingo, 19 de agosto de 2012

Cap. 8: Sospecha


Luís llegó hasta su apartamento, aún confuso y atónito. Nada más entrar Jacob se levantó del sofá alarmado.
-¡¡Luís!! ¿¡Donde te habías metido!? –Luís seguía sin decir nada, con los ojos como platos, y se sentó en el sofá. En la televisión daban la noticia del incendio en Montnegre, Luís apuntó a la televisión con la mano temblorosa.
-¡Estaba… allí!
-¿¡Que!? ¿¡Y qué coño hacías allí!?
-Iba a… buscar una cosa.
-Pero dime que pasó, ¿cómo escapaste del incendio…?
-El Inspector Rodríguez me ayudó, estaba por allí cerca.
-Ahora que lo dices… no importa. Recordaba algo de la comisaría…
-¡Es verdad!, ¿Qué tal te ha ido?
-¡Eso no es importante ahora! Debes descansar y…
-Nah, tranquilo, estoy bien. No dejemos que este incidente afecte a nuestra vida –dijo Luís, tratando de distraer a Jacob, quien le miró de reojo.
-De… acuerdo. Esta mañana fui a la comisaría porque ya le han hecho las pruebas forenses, por lo visto fue… asesinado –Luís tragó saliva.
-Y… ¿se sabe quién?  -Jacob negó con la cabeza.
-Todavía no. –Luís se retuvo un suspiro al oírlo y se levantó.
-Bueno, voy a ir a mi habitación a relajarme. ¡Avísame para la cena! –en cuanto Luís cerró la puerta de la habitación, se dio un cabezazo  contra la pared– ¿¡Que hago ahora…!?
Mientras tanto, Jacob se quedó sentado en el sofá, pensativo. Recordaba las palabras del policía una y otra vez…
“-Buenos días, señor Gaspard. Supongo que querrá saber los detalles cuanto antes.
-Así es –contestó Jacob– por teléfono me avisaron de que ya habían hecho las pruebas forenses.
-Señor Gaspard, me duele mucho decirle que su padre fue asesinado.
-¿¡QUE!? –exclamó Jacob levantándose bruscamente
-Tranquilícese, deje que le demos detalles –un policía sentó a Jacob de nuevo– desde el principio del caso supimos que algo había atravesado la garganta de Frederick, provocándole un agujero entre el cuello y la boca. Tras las pruebas forenses pudimos aclarar que el impacto fue frontal y a gran distancia, muy seguramente impacto de bala.
-¿Encontraron la bala?
-No, pero deducimos que estaría en la escena del crimen. Fuimos a inspeccionar pero ni rastro de balas, sospechamos que el asesino fue a la escena del crimen para eliminar las pruebas y llevarse la bala.
-¿Algún sospechoso?
-bueno… si hay uno. Yo mismo vi cómo, a parte de la policía, hubo otro chico en la escena del crimen, “Luís Porter…”
-¿¡Luís!? ¿¡Insinúa que Luís es el asesino!?
-tranquilo, señor Gaspard, solo digo que es el único sospechoso por haber estado en la escena el crimen… el Inspector Rodríguez ha ido ya en su busca. Nos dijo que sospechaba de él y que estaba vigilándole. Ahora mismo, si no nos han informado mal, Rodríguez está siguiendo al señor Porter en la autopista, en dirección a Mataró.
-¡Oiga, Luís no es el asesino! Avísenme cuando encuentren al verdadero asesino. –dijo Jacob levantándose y abriendo la puerta para salir del despacho.
-No digo que Luís Porter sea el asesino… –Jacob se quedó en la puerta un rato más, escuchando– solo digo que, si sigue viviendo con él, tenga cuidado.”
Jacob mantenía en su mente aquellas palabras una y otra vez. Tenía claro que Luís no era un asesino, pero desde luego le estaba escondiendo algo, siempre evitaba hablar de Frederick y nunca le contaba detalles de lo que hacía.
Mientras tanto, Luís se puso a investigar de nuevo. Mientras buscaba información sonó el pitidito del correo, Emilie había entrado en el chat.
-¡Hey, Luís! ¿Qué hay?
-Ah, hola, Emilie… –Luís no escribió nada un corto rato, y luego le pregunto– oye, ¿te importaría buscar una cosa?
-¿El qué?
-Es una frase de u… crepypasta. El problema está en que no sé qué significa: “Вы наступны”. Creo que podría ser ruso…
-OK. Tú déjamelo a mí y ya buscaré que significa.
-¡Muchas gracias! –Luís escondió la ventana del chat y se puso a buscar por su cuenta.
Acabó aburriéndose de buscar y se puso las manos en los bolsillos pensando que hacer, en ese momento notó un bulto en el bolsillo derecho, eran las dos fotografías que venían a parte en el sobre, las únicas que Luís mantenía. Se las miró bien, una era un científico de ojos verde oscuro, algo joven, gafas y pelo negro rizado. La otra fotografía era familiar, con una mujer, su hijo y otro científico frente a una mansión. Lo primero que le resaltó en la fotografía era la posibilidad de que fueran el mismo científico, pero pronto descartó la idea al ver que el científico de la fotografía familiar era más adulto, con barba y el pelo castaño y corto. Tras eso se fijó en la mansión que había detrás, era la misma que vio en una de las visiones de Slender, solo que en la visión estaba en ruinas.
Pronto se dio cuenta de que, si no recuperaba las demás fotografías, no podría seguir investigando. Sonó el pitido, nuevo mensaje de Emilie.
-¡Lo encontré! El mensaje es “Eres el Siguiente” en Bielorruso, terrorífico, ¿no crees? –Luís abrió los ojos como platos y no contestó, Slender le había avisado la misma noche que mató a Frederick y ni se había percatado.
-¿Bielorruso dices? –preguntó Luís finalmente, tras rato de meditar.
-Sí, se asemeja al ruso estándar, pero ya que es otro país, su gramática cambia considerablemente. Pese a todo es fácil confundirlo, su escritura es la misma.
-Muchas gracias, Emilie –Luís guardó aquellos datos en el mismo documento donde tenía el artículo de Jacques Gilbert, hermano del Inspector– yo creo que me voy a cenar, ¡adiós!
Se despidieron y Luís se fue a hacer la cena. Como no tenía mucha hambre, se preparó un simple Sándwich. Se sentó en la mesa y vio a Jacob viendo la tele en el sofá.
-¿No cenas…?
-Yo ya cené hace media hora. ¡Estabas tan distraído con el ordenador que ni te diste cuenta!
-Vaya, Jeje… pues mañana tengo pensado ir a comisaría, a preguntarle algo al Inspector.
-Tú mismo, yo me quedo aquí.
Luís se fue a dormir algo más pronto de lo normal, agotado por todo lo sucedido. Jacob se quedó poco más, pero se fue a su habitación a dormir. En cuanto el silencio se apoderó del apartamento, una neblina se coló por las rendijas de la ventana y comenzó a avanzar a ras de suelo, hacia la habitación de Luís. Entre la neblina, dos protuberancias negras reptaban por el suelo, sinuosas. Luís dormía en su cama sin percatarse de nada, cuando las dos protuberancias comenzaron a erguirse y a enredarse entre ellas, hasta pegarse por completo. De la masa negra salieron numerosas protuberancias pegajosas que poco a poco tomaban forma hasta formar un cuerpo humano, cubierto por un traje y de una altura considerable. Su rostro estaba vacío. Slender se colocó la corbata y miró a Luís fijamente. Poco a poco alargó su brazo para tocarle con el dedo índice en la frente, tras eso Slender se empezó a convertir en un vaho blanquecino lentamente, y se introdujo en el cráneo de Luís, provocándole pesadillas.
Luís abrió los ojos y vio las vías del tren a su izquierda, a lo lejos se oía una respiración pesada. Luís no podía moverse, al menos no por voluntad propia. Todo se cubrió de neblina y cuando se disipó, el cuerpo en el que se encontraba Luís estaba frente a un desesperado Frederick, quien tenía el símbolo de Slender en la frente, marcado en un rojo brillante
-¡S-sé que vas a hacerme! ¡¡Romero me avisó…!! –le decía a Luís– Por favor Slender, acaba conmigo… ¡pero ten piedad de ese pobre chico del tren, él no tiene culpa! –Luís se percató de que el cuerpo en que se encontraba era el de Slender, como si pudiera ver lo que él veía– Perdónale, ¡te lo ruego! ¡Acaba con todo esto! –Slender negó con la cabeza y apuntó a Frederick con su dedo índice– ¡¡No lo hagas, Loik, no lo-!!
Un tentáculo negruzco salió casi disparado hacia la boca de Frederick, atravesándole la garganta por completo. El cuerpo del hombre cayó al suelo, sobre su propio charco de sangre. Slender se acercó hacia Frederick con un par de zancadas, mientras este dibujaba el símbolo de Slender con el dedo. El ser miró a Frederick una vez más, y vio como el símbolo en su frente se desvanecía, junto a su respiración, y finalmente, el cuerpo quedaba inerte por completo. Una vez más, la neblina cubrió  Slender para hacerle aparecer en otro lugar, esta vez en el tren, justo cuando Luís iba a salir, Slender le miró apenas unos instantes antes de que todo se volviera borroso y la visión se llenara de interferencias.
Luís despertó en ese instante, con el corazón a mil y los ojos abiertos a más no poder. Se palpó la frente en busca de alguna anomalía, todo andaba correcto. Se quedó sentado en la cama mientras se tapaba la cara. Luís nunca pudo olvidar aquella visión, en la que se vio a sí mismo, mirando a Slender asustado, y con la marca en su frente, verificándolo como una de sus víctimas.

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