domingo, 16 de diciembre de 2012

Detalles: Capítulo 13

Este capítulo ha sido un poco más corto, por eso no he querido dar mucha información nueva. Ya estoy trabajando en el siguiente capítulo, os adelanto su título:
"La Casa de las Pesadillas"

Música

Os traigo una cancion nueva, es el tema de la familia Gaspard, es decir, de Jacob y Frederick:

Lo he titulado "Silence in the Shadows", traducido como Silencio en las Sombras. Por motivos obvios.

http://www.youtube.com/watch?v=iO7ySn-Swwc

Algunos lo reconocereis como un villancico navideño, pero esta versión es tocada por ThePianoGuys con violoncelo y piano.
Recomiendo que leáis este último episodio escuchándolo de fondo.

El resultado de la encuesta decreta que, algunos piensan que no morirá nadie. Otros cuantos están seguros de que Luís la va a palmar.
Y ya que se acerca el 21 de diciembre, la mayoria piensa que MORIREMOS TODOS D:

Creo que eso es todo, slenderillos ^^
Cuidaos!!

Cap. 13: Un Largo Camino



Luís mantenía la vista perdida en la carretera, observó unos segundos al tembloroso Jacob, quien todavía tenia los ojos como platos y las manos le temblaban ligeramente. El silencio se mantuvo unos minutos, ninguno de los dos sabía que decir.
-… Mira, Jacob. No quería que te enteraras, y menos así… Sé que todo esto debe ser muy “extraño” y confuso para ti, pero debes confiar en mí. Te llevaré a un sitio donde ambos estaremos a salvo –Mintió Luís.
-Yo… yo lo único que quiero ahora es que todo vuelva a ser como antes…
-Eso no puedo asegurártelo… Las cosas han cambiado mucho… Supongo que querrás saber que era esa cosa. –Jacob asintió, dudoso, y Luís respondió con un largo suspiro– Se llama Slenderman. Lleva asesinando a personas desde el 58. Tu padre fue una de sus víctimas. –Jacob esbozó un rostro que mostraba sorpresa, dolor y paranoia al mismo tiempo– En un principio, yo era su víctima, y si no le decía a nadie que existía, no me mataría. Pero, aún no sé porque, tú le viste, y oíste lo que dije, así que ahora tú te has convertido en la nueva víctima… y ahora me busca a mí para matarme.
-Oh, dios… Entonces, ¿ahora qué hacemos?
-Hay una persona que creo que puede ayudarnos. Le buscaremos y después… Bueno, eso ya lo veremos. –Se produjo otro largo silencio en el coche, mientras ambos se planteaban multitud de cosas. Pero entonces Luís dedujo que pensaba Jacob– Tu padre también era una víctima. Me lo encontré en el tren y… Acabé obligándole a que me dijera quien le perseguía. Desde aquel día soy una de sus víctimas. Y él está muerto. Lo siento mucho, de veras.
-… –Jacob tardó en contestar, pero definitivamente las palabras emanaron solas– Yo al principio lo intenté también. Los primeros meses desde que murió mi madre, intenté sacarle a mi padre quien le perseguía, pensando que se trataría de un asesino. Pero al final los médicos decretaron que estaba loco, así que dejé de preguntar… No te culpo, podría habérmelo dicho a mí como te lo dijo a ti.
-Gracias por comprenderlo. –Contestó, esbozando una sonrisa. Se dispuso a decirle algo, pero sonó su móvil. Tras rebuscar bajo sus pies logró sacarlo de debajo del asiento y contestar– ¿Diga?
-“¿Qué ocurrió? Perdí la conexión” –Sonó una voz distorsionada.
-La policía me perseguía antes. Pero ya hemos salido de la ciudad y no nos molestan más.
-“La policía es lo que debería importarte menos ahora. Tienes que ir a La Cerdaña, concretamente a la frontera de Francia. Allí está mi laboratorio, donde estaréis a salvo.”
-De acuerdo, vamos para allá.
-“Otra cosa… Recuerda que Slender puede entrar en tu mente. Sería peligroso para ambos que supiera donde me encuentro. Procura no pensar demasiado en mí ni en el sitio al que vas. Tampoco pienses mucho en Slender, cuanto más distraído estés menos posibilidades hay de que te ataque. Y por último… Tenía una micro-cámara instalada en el techo de tu coche, ¿que ha sido de ella?”
Luís echó un vistazo atrás, inspeccionando la abolladura en el capó provocada por Slender, y una diminuta cámara caída sobre el asiento trasero. La cogió con dos dedos y se quedó mirándola.
-Así que me observabas con esto, ¿eh?
-“No hay tiempo para explicaciones. Haz lo que te he dicho y ven al laboratorio. Y recuerda, no pienses demasiado en él” –La conexión se cortó.
-¿Que te ha dicho? –preguntó Jacob.
-Me ha dicho dónde ir, y me ha recomendado que no pensemos mucho en Slender.
-Me temo que eso va a ser complicado… –Dijo Jacob. Aceptando la cruda verdad.
-No perdemos nada por intentarlo… Charlemos. Dime algo sobre ti, yo te digo algo sobre mí… Ya sabes.
-Bueno… Cuando me siento estresado juego a videojuegos. A mí siempre me ha gustado jugar a videojuegos de todo tipo. Y sé que hay gente que gana mucho dinero haciendo videos para compañías de videojuegos, siempre he querido ganarme la vida de esa manera, pero teniendo que cuidar a mi padre a todas horas era imposible… Tal vez en un futuro me dedique a eso y me ponga un seudónimo raro y cómico –Dijo, soltando una suave risa mientras hablaba.
-Mola… A mí también me gusta mucho jugar a videojuegos, pero mi pasión es la música… Tengo una mesa de mezclas con la que puedo hacer todo tipo de música. Ya sabes, Dubstep, techno, Drum n’ Bass… Hace unos años trabaje en una discoteca, mira.   –Luís sacó de la guantera una cartera, y de esta, una tarjeta de la discoteca y se la ofreció a Jacob. En el reverso ponía “Con DJ Luís Porter”.
-Así que… Luís con tilde, ¿eh?
-Sí, ya sé que mi nombre “peculiar”. Mi madre tiene orígenes portugueses y cuando me pusieron el nombre, decidieron darle ese “toque”. A mí personalmente no me importa, es mi toque personal.
-Bueno, yo creo que es bueno tener nombres peculiares. ¡Mi nombre es más soso que un filete sin sal! –Ambos rieron ante el chiste. Pero en el fondo, Luís sabía que esa tranquilidad no iba a durar demasiado.
Al menos había conseguido lo que quería: Distraer a Jacob para que no pensara en Slender. ¿Pero cuánto iba a durar? Quedaba un largo camino hasta llegar a DR, y Slender siempre está acechando, y ahora es más peligroso que nunca.
A Luís ya no le importaba sobrevivir o morir a manos de Slender, pero aún le quedaba algo por hacer: asegurarse de que su siguiente víctima estaría a salvo.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Proyecto Ilustraciones


Atencion a todos los slenderillos

Se acercan las vacaciones navideñas y tengo en manos un proyecto que precisa de un buen dibujante.
Solo pido a alguien que sepa dibujar que dibuje alguna que otra escena/personaje de Slender: Secretos en las Sombras
Los posibles dibujos pueden ser:

-Luis con el revólver
-Slender con su símbolo de fondo.
-Jacob y el Inspector Rodríguez.
-El cadáver de Frederick con los cordondes policíales.
-Krabe Irinov, Loik Kernaboyl, etc. Cualquier cosa del pasado de Slender en general.
Si crees que puedes dibujar bien alguna de estas escenas, o te gustaría intentarlo, te animo a que me ayudes en este proyecto. el premio: participacion en los creditos o como personaje en el fic. 
Aquí abajo os dejo los avatares que he hecho para que os sirvan un poco de guía.
Si alguno quiere ayudar, ponedmelo en los comentarios, pls 
Gracias de antemano!!

 
 

martes, 4 de diciembre de 2012

Detalles: Cap. 12

¡¡Buenas, slenderillos!!
Siento deciros que el siguiente capítulo aún tardará unas semanas en llegar, mientras tanto os dejo algunas cosas interesantes:

Música
así es, tengo nueva música añadida al Soundtrack oficial de Slender: Secretos en las Sombras.

Está canción es, a partir de este capítulo el tema de Luís, y se titula "Running From the Truth", traducido como, "Huyendo de la Verdad". En el último capítulo, sonaría este mismo tema justo cuando Slender descubre a Jacob en el armario, hasta el final en sí del capítulo.

Cualquiera que quiera hablar de Slender, estoy preparando una especie de "foro" en la página que pronto debería funcionar. Y si no, podeis contactar conmigo por facebook buscando Lexio Hylia o en este foro:
 http://www.khworld.org/iceberg/fan/vamosajugar/index.html
Adiós Slenderillos ^^

domingo, 25 de noviembre de 2012

Cap. 12: El Comienzo del Fin




Jacob se movía de un lado a otro del comedor, mordiéndose las uñas nerviosamente. No sabía que hacer, tenía que salir de allí. Podía intentar coger sus cosas y huir por la puerta tranquilamente. O podía avisar a alguien de que Luís tenía el arma del crimen. Se apoyó en la mesa, mirando abajo y respirando nerviosamente. En la mesa solo se encontraban la navaja y el móvil de Luís, cosas personales que solía dejar cerca de la puerta para cuando tenía que irse a algún sitio. La tormenta proseguía con fuerza, las gotas de lluvia impactaban contra el cristal y los relámpagos resonaban de vez en cuando. La puerta de la habitación de Luís permanecía cerrada. Jacob cogió la navaja y la revisó curioso, planteándose mil y una cosas. Al fin, tomó una decisión y cogió el teléfono fijo. Tecleó rápidamente y el Inspector Rafael Rodríguez contestó.
-¿Diga? –Dijo este, ojeando algunos documentos de su despacho.
-Soy Jacob Gaspard. –En seguida Rodríguez prestó atención– Tengo algo importante que decirle, Inspector. Acabo de encontrar un revólver en la habitación de Luís, creo que es el arma que mató a mi padre. –su respiración era cada vez más forzada y preocupante.
-¿¡Pero que…!? Tranquilo, chico, ahora mismo voy al apartamento a aclarar esto.
-Por favor, venga rápido, no se si… -Pero entonces, Jacob vio el pomo de la puerta moviéndose lentamente y colgó rápidamente el teléfono, escondiéndose raudo en el armario casi vacío del comedor.
-¿Jacob? ¿¡Jacob!? ¡Contesta, chico! Mierda… -Rodriguez alertó a dos policías que había frente al despacho– Llamad a tres unidades, tenemos un posible altercado doméstico y a un asesino en Barna.
Jacob permanecía escondido en el armario y observó por una rendija entre las dos puertas que lo abrían. Luís abrió la puerta de su habitación lentamente y, como si estuviera agotado, se dirigió hacia el sofá. Tenía unas ojeras impresionantes y, por algún motivo, estaba muy pálido. Al sentarse se limitó a mirar al suelo, pensativo. Jacob pensó qué hacer. Si salía ahora Luís sospecharía, no podía arriesgarse, solo podía limitarse a observar a su compañero de piso y esperar a que se fuera. Luís respiró profundamente y encendió el televisor, parecía agotado y deprimido, se puso a buscar programas interesantes.
Jacob siguió observando, con el corazón a mil, pensando que tal vez esta situación se fuera a alargar bastante. En ese momento notó algo en el bolsillo de su pantalón, por error se había guardado la navaja de Luís. “La policía vendrá pronto” –pensó– “Pero… Si por lo que sea hay que actuar rápido… deberé ser preciso”. En ese momento, la pantalla del televisor se cubrió de interferencias y el sonido falló hasta convertirse en un chirrido agudo y lejano. Luís suspiró mirando las interferencias y se quedó callado unos largos segundos.
-… Ahora lo comprendo todo –dijo al fin, para sorpresa de Jacob– Has tratado de decírmelo todo este tiempo, ¿no…? Todo lo que te ha ocurrido… el porqué de todo esto… Desde el principio me lo has querido mostrar. –Para Jacob, Luís hablaba solo, desquiciado– ¿No es así, Loik? Sé que lo que te hicieron fue horrible, siento pena por ti. ¿Pero no crees que todos estos asesinatos son una estupidez? –Jacob solo oía a Luís conversar con nadie, y además sobre un tema digno de tratar con un psiquiatra. –Lo que no pude ver me lo aclaró “él”, pero siempre has intentado mostrarme tu dolor, y tu venganza por la persona que te convirtió en lo que eres, quien te convirtió en “Slenderman” –Jacob arqueó una ceja al oírlo, pero entonces vio un pie cubierto por un mocasín negro que daba un sonoro paso saliendo de la habitación. Luego vio una mano pálida que le seguía, tras eso otro pie, hasta ver a un ser de tres metros, que casi tocaba el techo del piso con la cabeza, de no ser porque caminaba encorvado. Su rostro estaba vacío e iba trajeado con una corbata roja. El corazón comenzó a bombearle a mil por hora, viendo a aquel imponente y escalofriante ser. El frio invadió la sala y su respiración se convertía en vaho– Ahora por fin me lo has mostrado todo. Como Krabe te raptó y ató en una camilla, donde Romero te inyectó aquel liquido azul en el cerebro… Tu mente cambió por completo, tu alma inocente de niño sufrió una metamorfosis. Así hasta que, cuando Krabe te degolló en aquel almacén, tu cuerpo murió. Pero la droga te hizo buscar otro huésped, en este caso el de tu asesino: el de Krabe Irinov. Por eso nunca apareció el cuerpo. Tu cuerpo comenzó a cambiar por completo y, furioso, fuiste al mismo laboratorio donde te inyectaron aquel liquido… buscando la cura tomaste cualquier cosa que encontraras, hasta que un ácido te quemó la cara, no un ácido cualquiera, este hacia desaparecer solo algunas facciones, como los labios y los ojos. Pero Tu piel siguió allí, y no necesitabas respirar ni comer para vivir. Te convertiste en un autentico monstruo, que mató a todos los mafiosos que encontró. Pero un muchacho escapó: Mikael. ¿No es así? Conozco tu historia. La he visto con mis propios ojos, mejor dicho TU me la has hecho ver… Desde entonces lo has hecho siempre: matas a tus victimas así desde entonces. Las mataste de la misma manera que tú moriste: Por los errores de otra persona. Crees que fue culpa de tu hermano, por entrar en aquella mafia. Por culpa de Mikael te mataron. Así que, harás que todos mueran así: por culpa de que alguien más les habló de ti. Desesperas a tus victimas hasta el punto de recurrir a ayuda, como hizo Mikael cuando no teníais para comer. Y en cuanto lo ha hecho, la matas, convirtiendo a la otra persona en tu nueva victima. Cuanto dolor, has tenido que sufrir verdaderas calamidades… ¿¡pero crees de verdad que matar a más personas arreglará algo!?
Slender no hizo nada, solo observó con su vacío rostro al chico. Jacob seguía observándolo sin poder creérselo, aquel ser no era natural, y todo lo que estaba diciendo a Luís… ¿a donde llevaba todo aquello? Lo único que quería hacer era salir de allí en cuanto antes, o que llegara la policía a solucionarlo.
-Pero tranquilo –Prosiguió Luís– Que todo va a acabar esta noche… No has logrado que esta victima siga tu juego, me temo. –Luís sacó  el revólver de Frederick y lo observó con aire melancólico– El juego termina aquí. Sin victima ya no puedes, hacer daño a nadie más. –Luís se apuntó a la sien dispuesto a suicidarse y acabar con todo. Slender apretó los puños con fuerza y Jacob comenzó a desesperarse, anonadado por todo lo que estaba sucediendo– Aquí termina todo, viejo amigo –Luís quitó el seguro y comenzó a presionar el gatillo.
-¡¡NO!! –Gritó Jacob, instintivamente, y acto seguido se arrepintió de haber dicho nada.
Slender giró el cuello reaccionando al sonido y observó el armario. Comenzó a caminar lentamente hacia él. Luís miró incrédulo al armario, apartando la pistola lentamente y con unos ojos que reflejaban pánico y lástima al mismo tiempo. El corazón de Jacob bombeaba a su máxima capacidad mientras, Slender avanzaba lentamente paso a paso, alargando el brazo hacia el armario. Jacob chorreaba sudor por todas partes y la fiebre subía y subía, cuando Slender ya casi tocaba el armario, en ese momento, sacó la navaja y la preparó. De un golpe abrió la puerta y se dispuso a clavarle la navaja, pero sonó un disparo y una bala atravesó la cabeza del ser. Luís apuntaba a Slender con el revólver, el cual aún humeaba, cuando volvió su vista a Jacob, ambos se miraron atónitos apenas segundos, hasta que Luís corrió hacia él y le agarró el brazo.
-¡¡Tenemos que irnos de aquí!!
Jacob no supo reaccionar, solo se dejó llevar por su compañero, mientras Slender poco a poco iba regenerándose. Luís cogió el móvil y abrió raudo la puerta del apartamento, corriendo para bajar las escaleras, pero Slender comenzó a correr tras ellos, impulsándose con sus tentáculos en las paredes.
-¡Pero… ¿que coño es esa cosa!? –Exclamó Jacob.
-¿¡Crees que hay tiempo para explicaciones!? –Le gritó. Pese a un par de tropezones, lograron llegar al primer piso antes que el ser y abrieron la puerta para escapar– ¡¡Tenemos que salir de la ciudad!!
-¡No, espera, la policía esta a punto de llegar, ellos pueden solucionarlo!
-¿¡¡La policía!!? ¡¡No!! ¡Nadie puede saber que esa cosa existe!
-¡Pero…!
-¡Hazme caso!, sé de que hablo…
Jacob no se lo pensó demasiado antes de asentir y seguir a Luís por las callejuelas, pero las sirenas de la policía comenzaban a resonar en el eco de los edificios y tuvieron que coger una ruta alternativa. Pronto llegaron dos coches patrulla frente al bloque de edificios, la policía bajó y comenzó a entrar dispuesta a ocupar el edificio entero, pero mientras Rodríguez mandaba a sus compañeros todos sus movimientos, vio a Luís y Jacob correr entre las calles, rápidamente comenzó a ir tras ellos. Las calles estaban cubiertas de una densa neblina que cubría el suelo, cuando inesperadamente, Slender se apareció ante Luís y sacó decenas de tentáculos dispuestos a matar al chico, Luís logró retroceder lo suficiente como para escapar de aquellas mortales protuberancias y siguieron huyendo hasta la Calle de Denia, donde todavía estaba aparcado el coche de Luís. Nerviosamente, comenzó a registrarse los bolsillos.
-¿tienes las llaves? –preguntó Jacob alarmado.
-¡A la mierda! –Luís rompió el cristal, activando la alarma y abrió la puerta desde dentro. Lo más rápido que pudo comenzó a modificar los cables que había tras el volante.
Jacob esperó y comenzó a mirar a su alrededor, paranoico. Oía las sirenas de la policía por todas partes, estaba confuso. Pero lo que más temía en aquel momento era a aquel extraño ser que casi le ataca poco rato antes. Slender apareció pegado a las paredes de los edificios moviéndose rápidamente hacia ellos.
-Luís… ¡Corre!
-Solo un poco más…
-¡¡No hay tiempo!! –Slender ya estaba prácticamente sobre ellos, cuando la alarma dejó de sonar.
-¡¡Ya está, sube!! –Sin demorar ni un segundo se subió en el asiento derecho del coche y cerraron las puertas a tiempo para oir como Slender caía sobre el capó del coche y sus tentáculos comenzaban a cubrir los cristales. Luís arrancó y comenzó a tambalearse en la carretera hasta quitárselo de encima.
-¡Tenemos que salir de la ciudad cuanto antes…!
-Dios mio, esto no está pasando… No está pasando… –repetía una y otra vez Jacob, con un hilo de voz y a punto de echarse a llorar.
-Mira, sé que todo esto es muy, MUY raro, pero… ¡tienes que calmarte, ¿vale!? –Entonces sonó el móvil de Luís, rápidamente lo cogió y contestó– ¿Diga?
-“Esto ha sido muy inesperado… Tienes que salir cuanto antes de la ciudad y…”
Pero el ruido de las sirenas policiales le distrajo y el móvil se cayó bajo sus pies. Tres coches patrulla perseguían a Luís por la carretera, mientras este se saltaba semáforos y esquivaba a todo coche que se le pusiera por delante. En uno de lo coches iba el Inspector Rodríguez, informando desde un walkie-tolkie.
-A todas las unidades. Una persecución en Diagonal, el sospechoso es Luís Porter Codina, ha secuestrado a Jacob Gaspard Eugene, repito, esto es un secuestro. –Tras eso apagó el walkie-tolkie y encendió el megáfono– Luís Porter, entrégate de inmediato o tomaremos represarías.
Luís no hizo caso alguno y siguió atravesando hasta llegar a la autopista, donde logró distraerles haciendo una maniobra de lo más arriesgada y atravesando campo a través con los faros apagados. Continuó hasta una carretera de tierra muy dejada y oculta.
-Lo… hemos… conseguido. –Terminó, jadeando.
-Pero… ¿que hacemos ahora? T-tengo miedo…
-Yo también, Jacob. Tengo mucho miedo…

Detalles Cap. 11

Guau, este capitulo ha sido de lo más intenso :D
Bueno, no creo que haya demasiadas dudas, pero os traigo un par de cosas random para animar el cotarro.

En primer lugar, 

este pequeño montaje que he creado con una canción que hace tiempo ya os enseñé :3 :
http://www.youtube.com/watch?v=abihzgbHRao



Ya tenemos titulo oficial

Así es, he escogido un nuevo titulo para esta historia, posiblemente ya podais verlo en lo alto del blog,
El titulo es:
Slender: Secretos en las Sombras



Y una gran noticia:

Están haciendo una película de Slender :D
vi algunas cosas y, quien sabe, a lo mejor la hacen bien y todo :P
Slender está bien hecho, pero cambiaron alguna que otra cosa. La película se llama Entity, y podeis buscar trailers en Youtube



Cap. 11: La Hora de la Verdad


Cap. 11 La Hora de la Verdad

Luís notaba la presión en su cabeza y se levantó de la silla para poder llegar a la cama, sobre la que se desplomó enseguida. Tras colocarse entre las sábanas y adormecerse, hizo un último esfuerzo para ver la hora de su reloj de pulsera. Eran las siete de la tarde, se oía una potente lluvia en la calle y se avecinaba tormenta. Jacob se sentaba en su cama, observando el revólver, lo recordaba muy bien de las ocasiones en las que su padre lo usaba pensando que algo le perseguía. Pero aun así, ¿Por qué la tenía Luís? ¿Por qué la escondía? Todo apuntaba a una única respuesta: Luís era el asesino de Frederick, su padre. La policía le había avisado de ello, había estado en la escena del crimen, tenía el revólver de Frederick, se escapaba de casa y volvía tarde sin llegar a concretar donde había estado o que había hecho. Pero quedaba una pregunta que torturaba a Jacob: ¿Qué iba a hacer con él? Lo mejor que podía hacer era actuar como si nada hubiera pasado, hasta encontrar el modo de escapar. Se escondió el revólver en su espalda y cruzó el pasillo hasta el comedor, donde estaban la puerta que llevaba a la habitación de Luís, una gran mesa, el sofá, la televisión y un armario desde el que se veía toda la sala. La puerta del dormitorio estaba entreabierta, Jacob se acercó con cautela y espió. Luís estaba dormido y tapado por una gruesa manta de la cama. Jacob aprovechó para entrar sigilosamente y esconder el revólver en el mismo lugar donde lo había encontrado, al fondo de un cajón del armario de la habitación. Al cerrarlo, Luís emitió un leve sonido de queja. Jacob lo miró de un silencioso sobresalto, alarmado, para ver que seguía durmiendo. “Debió ser una pesadilla”, pensó. Lo observó unos largos segundos, preguntándose como alguien tan amable que le había ofrecido techo en aquellos días podía ser un asesino. La única posibilidad que le cuadraba en aquel momento era a su vez la más horrenda: Solo le quería para alguna otra actividad criminal o, incluso, para matarlo como hizo con su padre. En aquel momento se retiró de la habitación y cerró la puerta sigilosamente.
En la mente de Luís Slender acechaba y provocaba pesadillas, nacidas de dolorosos recuerdos. Un dolor indescriptible torturaba al chico mientras abría los ojos en una nueva pesadilla; No podía mover brazos ni piernas y un potente foco de luz le cegaba. Notó a varias personas de blanco moviéndose a su alrededor tomando diferentes herramientas, cada cual más inquietante que la anterior. Entre las personas notó una negra sombra que le observaba de brazos cruzados, al principio pensó que era Slender, pero su rostro poco a poco se difuminó hasta dejar ver su rostro de ojos verde claro y sin un solo pelo, era Krabe Irinov. Todos hablaban en un extraño idioma que a Luís le resultaba familiar pero inteligible. Detrás de Krabe un científico de pelo corto y castaño preparaba un  compuesto a espaldas de la camilla donde el cuerpo en el que se encontraba Luís estaba atado. Tras una pregunta incomprensible de Krabe, el científico respondió con un “Oui” (Para los que no sepan de francés, se pronuncia “wi”) y se giró con un matraz que contenía un líquido azul brillante y tenia una etiqueta con el símbolo de Slender. El hombre llevaba gafas  una larga bata blanca, Luís se percató de que era uno de los científicos de las fotografías. Comenzó a acercarse a la camilla y un médico tomó un poco de ese líquido en una jeringuilla y preparó la aguja. El cuerpo de la camilla comenzó a moverse nervioso tratando de resistirse, pero un médico le sujetó la cabeza y acercó la aguja, hasta que un relámpago despertó a Luís de un sobresalto.
La lluvia era intensa y se oían los relámpagos no muy lejanos. Luís pasó su mano por su frente comprobando que tenía fiebre. Seguidamente miró la hora en su reloj de pulsera. Eran las nueve de la noche, pero no le apetecía cenar nada. Vio el ordenador, el cual se había quedado encendido y, lentamente, se acercó a la silla y se posó con un movimiento pesado. Rápidamente volvió a abrir su correo y vio en la lista de chats a su buena amiga Emilie conectada. Viendo un ápice de esperanza en ella abrió un chat para relajarse un poco.
-hola, Emilie. –Tecleó.
-¡Hey, Luís! ¿Qué hay?
-Nada, aquí, un poco de capa caída…
-¿Y eso? –Tras formular la pregunta Emilie tecleó una cara triste.
-Nada, creo que me duele un poco la cabeza, eso es todo.
-Bueno… ¡espero que te mejores! Hey, ¿te acuerdas de mi moto? ¿La que me regalaron por mi cumpleaños?
-Claro que me acuerdo. –Luís esperó a que Emilie contestara y abrió un álbum de fotos virtual que guardaba en una carpeta.
En una de las fotos salían Luís y Emilie apoyados en una moto de estilo clásico. Luís sonreía al lado izquierdo, se miró a si mismo susurrando un “Ojalá todo vuelva a ser como antes”. A la derecha, apoyando el brazo derecho en la moto, estaba Emilie. Era una chica joven, de unos 22 años, y bastante atractiva. Tenía los ojos verde esmeralda y el pelo de un negro intenso que bajaba liso hasta unos centímetros debajo del cuello. En la fotografía llevaba un vestido negro largo y tacones, debido a que se encontraban en su propia fiesta de cumpleaños y estaba apoyada en su nuevo regalo. Entonces sonó el pitido del chat con un nuevo mensaje de Emilie.
-Pues nada, que no me funciona. Desde hace una semana y media que, cuando voy a arrancarla, no reacciona bien… A veces logro arrancarla si me estoy mucho rato, pero aun así da un palo… ¿No crees?
-Desde luego… Lástima que no sepa mucho de motos, si no te ayudaría a arreglarla.
-La verdad es que te hecho de menos… ¡Espero que pronto volvamos a vernos en persona!
-Yo también lo espero…
-Lo siento, Luís. Tengo que irme a cenar ya, luego hablamos, ¿Ok? Chao.
Cuando Emilie se desconectó, Luís se limitó a mirar pensativo a la pantalla durante unos largos segundos. Solo se oía la lluvia de fondo y el ventilador del ordenador si prestabas atención. Luís se decidió y comenzó a redactar un mensaje en blanco. Las palabras emanaron solas:
“Sé que puedes leer esto, DR. Necesito más respuestas. Si has sabido hackear los archivos de la policía internacional y pudiste aparcar mi coche después del incendio, estoy seguro de que estás leyendo esto ahora mismo. Tú, por algún motivo que desconozco, sabes qué está ocurriendo aquí, y yo quiero que me lo cuentes TODO. Aquí y ahora. Me da igual lo que digas, estoy preparado.”
Luís dejó el mensaje, ni siquiera lo envió. Solo esperó unos largos minutos, pero al fin DR le contestó en un chat.
-“¿Estás seguro?”
-Sí –Tecleó decidido.
-“Está bien… ¿dónde nos quedamos?”
-Cuando Mikael Kernaboyl se une a la mafia de Krabe Irinov, si mal no recuerdo.
-“Entonces ahora viene la parte más dolorosa… –Luís prestó más atención al leer aquello y se acercó un poco más a la pantalla. –Krabe amenazó a Mikael, diciéndole que si no le traía el dinero le quitaría lo que “más le importaba”. Mikael y su hermano Loik trataron de huir y se escondieron en una casa vieja que posteriormente fue quemada. Krabe secuestró a Loik Kernaboyl y le dio una semana a Mikael para pagarle, durante aquella semana Mikael timó y robó a pequeña escala para lograr recuperar todo el dinero posible. Pero Krabe aprovechó que tenía a Loik en sus manos… -El informador tardó en seguir escribiendo en este punto, puede que por dolor o por duda, pero terminó de escribir:– Y experimentó con él. En un laboratorio de drogas, junto a muchas más victimas, Krabe supervisó como un equipo de científicos trabajaban en la creación de una potente droga que alteraría su ADN.”
El informador le pasó por correo un archivo con varias imágenes. La primera era una ficha con datos tachados de un científico de pelo castaño corto, algo de perilla y gafas un tanto antiguas.
-“Ese es Dominique Romero, conocido como “Doctor Romero”. Era un científico clandestino contratado por Krabe Irinov para crear una droga que alteraría el ADN de sus hombres, con el fin de hacerlos “inmortales”. Romero sabía perfectamente que eso era imposible, pero mientras pudiera hacerle creer a Krabe que así era, le bastaba. Diseñó un compuesto químico que soltaría unos gases cuando entrara en contacto con las neuronas cerebrales las alteraría, dándoles capacidad de autonomía y pensamiento independiente. En definitiva, le daría “vida artificial”. De esta manera, aunque el cuerpo dejara de responder y el corazón dejara de funcionar, la energía de las neuronas buscaría otro huésped y podría seguir viviendo, pero en otro cuerpo.”
-No acabo de entenderlo –Tecleó Luís, necesitado de palabras más concisas.
-“En definitiva, Romero había encontrado el Alma de las personas. Dicen que cuando uno muere, pierde 21 gramos de su peso total. Mucha gente dice haber fotografía un vaho que emana el cadáver inmediatamente después de morir… Pues bien, Romero tenía la teoría de que esa esencia vaporosa es la electricidad estática que recorre nuestro cuerpo. Las neuronas están interconectadas por corrientes eléctricas, la droga que hizo Romero daba vida propia a esa energía, de modo que, al morir el cuerpo, pudiera ir a otro huésped y seguir viviendo. Pero lógicamente la droga estaba en periodo de pruebas, y Loik era su conejillo de indias. Era un cuerpo joven con una mente limpia e inocente…” –Luís rememoró entonces la última pesadilla de Slender, la cual no era más que un recuerdo de Loik, de cómo le inyectaron la droga.
-Y… ¿que pasó después de que se la inyectaran?
-“Loik pasó dos días con los ojos completamente blancos y sin poder mover su cuerpo correctamente. La semana terminó y Krabe, sus hombres, y Mikael quedaron para el intercambio en un almacén del puerto de Minsk. Pero Mikael solo pudo encontrar apenas la quina parte del dinero. Krabe mostró su furia y la desató contra Loik. Lo degolló delante de su propio hermano.”
-Oh dios mio, eso es- –Pero Luís no pudo pulsar “enter” para enviar el mensaje, cuando notó un gélido aliento en su nuca. Se giró lentamente, pero antes de poder mirar atrás, Slender entró dentro de su mente y le provocó una visión llena de dolor y sufrimiento. Luís comenzó a tambalearse y dar fuertes espasmos contra la mesa de su habitación, mientras la pantalla se llenaba de Interferencias.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Detalles: Cap. 10

Pues, tras nosecuantosmil dias sin ubir un nuevo capitulo, aquí está :D
Es un capitulo muy intenso. Me encantará oir todas vuestras teorias, ponedmelas en los comentarios, por favor :3

Musica

Pues hoy tenemos un nuevo tema, concretamente uno muy divertido XD
aqui teneis http://www.youtube.com/watch?v=9iOk8Ldc9Aw&feature=relmfu
hasta otra hamijosss!!!! :3!

miércoles, 24 de octubre de 2012

cap. 10 El Pasado




-G-gracias. Creo que me voy a mi habitación un rato. –Jacob fue raudo y cruzó el pasillo hasta su habitación y Luís volvió a quedarse solo.
-Que extraño… bueno, al menos ya tengo lo que quería –sacó de su bolsillo las fotografías y, mientras se sentaba frente a su ordenador, las revisó.
La que más impresión le hizo fue la de un hombre calvo y trajeado, con cara seria. Estaba de espaldas, por lo que sospechó que se la hicieron sin su previo permiso. Mientras encendía su ordenador fue mirando las demás. Se fijo que no llevaban el Sello Policial, tal vez el inspector decidiera guardárselas para él mismo. El ordenador se encendió y Luís puso su correo, tras eso miro la fotografía de Frederick Gaspard, y pensó: “¿quien puede haber hecho estas fotografías?” “¿Cómo es posible que, pese a conocer a Slender y sus victimas, este no sea una de ellas?”
En ese momento sonó un pitido, se había abierto un chat en el correo. Los datos del otro usuario permanecían ocultos.
-“Estas haciéndolo bien, debes seguir buscando.”
-¿Quien eres? –tecleó Luis.
-“DR” –contestó– “Necesitas ayuda, estas cerca de conseguirlo, mientras no le cuentes a nadie más lo que viste, no te pasara nada”
-Entonces, ¿como es posible que tu lo sepas?
-“No puedes saber toda la verdad aún, sería muy peligroso para ambos”
-¿¡Porqué!? –El informador no contestó. Luís no pudo hacer otra cosa que estirarse hacia atrás, inclinando la silla. Estaba hablando con el mismo tipo que le dijo donde estaban las fotografías y le había guiado, pero aun así no podía saber la verdad. Todas las preguntas que le rondaban a Luís se resumían en una palabra: “¿Porqué?”. Tras una larga pausa, volvió a sonar el pitido del chat.
-“Puede saber lo que piensas” –respondió finalmente– “Aunque tu no lo veas, esta ahí, en tu cabeza. Has visto la neblina, ¿no? Sigue siendo él. Siempre esta en tu cabeza, puede saber lo que piensas y lo que haces en todo momento, es por eso que escojo bien mis palabras. –Luís sintió un escalofrío al leerlo, imaginando a Slender en su cabeza– Esta jugando contigo, él es el gato y tu el ratón. Pero no te cazará hasta que encuentre otro ratón al que perseguir… Debes seguirle el juego un poco más, Porter. Lo estás haciendo muy bien, y no debes desistir. Aún no te puedo ayudar como desearías, lo se, pero hare lo que pueda. Y me temo que… cuanto más sepas de él, más te va a afectar.
-¿Que quieres decir?
-“Que si sigues descubriendo cosas, a Slender no le va a gustar, y cada vez se cansará más del juego, y buscara la manera de hacerte enloquecer, como hizo con Frederick.”
-¿Le conociste?
-“Así es. Me temo que le conté la verdad muy de golpe y a Slender no le gustó. Le acosó más y más hasta que… simplemente enloqueció y trató de huir.”
Luís pensó entonces que, cuando se encontró con él en el tren, estaba muy desesperado. Luís también lo notaba, la influencia de Slender en su cabeza se hacia cada vez más potente. Los susurros le atormentaban sin cesar– “Aun así… ¿quieres saber toda la verdad?”
Luís miró la pantalla en silencio, escuchando el ruido de la lluvia mientras meditaba. Tras un rato, tecleó un “Sí”, y el informador le dio un Enlace. Luís clicó en él y se abrió una página del Departamento de Policía Internacional. Alguien se había molestado en hackearlo y  traducirlo a su idioma. Había datos, nombres y fotografías, pero entre ellas estaban remarcadas como enlaces dos personas: “Krabe Irinov” y “Loik Kernaboyl”. Clicó en Krabe, y le salió una imagen del mismo hombre calvo que Luís vio en una de las fotografías. Leyó toda la información que pudo:
“Krabe Irinov
1913 – 1958
Ocupación: Líder de la organización de Crimen Organizado conocida como “strojny čalaviek”. (Pronunciación: Strongi Calafik)
Crímenes: Es responsable de la muerte de cientos de personas, de nacionalidades diversas, todas ellas por asesinato.
Nacionalidad: Se establecía en un edificio de los barrios bajos de Minsk, capital bielorrusa, donde dirigía todas sus actividades criminales, pero se desconoce su procedencia exacta.
Estado: desaparecido.
Detalles del caso: Krabe fue perseguido por la Interpol durante veinte años por asesinato en primer grado y crimen organizado. En Julio de 1958 desapareció en extrañas circunstancias. La última vez que se le vio fue en un almacén del puerto de Minsk, donde posteriormente fueron encontrados los cadáveres de varios gánsteres. El caso se cerro, dando a Krabe por muerto.”
Luis volvió al chat, todavía estaba el informador conectado.
-¿Que intentas decirme?
-“No te ha dado tiempo a leer los dos. Lee el otro archivo”
Luis hizo caso y volvió a la página de los nombres, clico en “Loik Kernaboyl” y apareció en una ficha completa del personaje. En la fotografía de archivo salía un niño de aproximadamente ocho años, de pelo y ojos negros como el carbón. Salía caminando en las callejuelas de una ciudad de los cincuenta cogido de la mano de un chico de unos 15 años. Este último era más alto que el pequeño y el pelo más abundante. El más pequeño llevaba una bufanda azul que le rodeaba todo el cuello dos veces.
“Loik Kernaboyl
1950-1958
Muerte: asesinado por Krabe Irinov, degollado.
Detalles del caso: Loik fue la última victima del buscado criminal Krabe Irinov. Apareció muerto en un almacén de Minsk, con un corte en el cuello. Sus ojos estaban en blanco cuando fue encontrado, causas desconocidas, posiblemente una droga. Se sabe que, poco después de su muerte, hubo una especie de atentado al almacén y murieron los hombres de Irinov. El líder del grupo criminal desapareció ese mismo día.
Familiares: Era huérfano, solo tenía a su hermano: Mikael Kernaboyl.”
Un fugaz recuerdo pasó por los pensamientos de Luís entonces. Había algo familiar en aquellas caras. Sabía que las había visto antes, pero… ¿Dónde? Siguió leyendo, sin encontrar la manera de recordar. Hasta que se vio obligado a buscar sobre “Mikael Kernaboyl” en los archivos policiales. El hack de la página era muy profesional, ya que no se topó con ninguna traba al buscarlo. Al fin llegó a la ficha policial de un joven de pelo negro hasta el cuello y chaquetilla negra gastada.
“Mikael Kernaboyl
1943  – 1958
Muerte: causas desconocidas. Garganta atravesada aparentemente por disparo. Se desconoce al agresor.
Detalles del Caso: Mikael era un miembro del grupo criminal Strojny čalaviek. Todo indica que no se unió por voluntad propia. Tras el atentado a la banda en un almacén del puerto de Minsk, Mikael desapareció durante semanas. Hasta que apareció flotando en un río y muerto.”
Luís volvió al chat para preguntarle más al informador. Seguía sin entender muchas cosas, quería saber porque era necesario que supiera sobre aquellos extraños casos. Luís soltó todas las preguntas que se le venían a la cabeza.
-Sigo sin entenderlo. ¿Por qué son importantes estos casos? ¿Tienen algo que ver con Slender? ¿Qué ocurrió en verdad en aquel almacén? –el informador tardó un rato en contestar, tal vez pensando si debía contestar o no.
-“Mikael no se unió por gusto a la banda de Krabe. Era huérfano, solo tenía a su hermano. Se vio obligado a buscar la manera de conseguir comida y un lugar donde vivir. Si cumplía todo lo que Krabe le dijera, lo tendría. Pero fueron demasiados los favores que le pidió, y no podía devolverlos como era debido.
Krabe necesitaba un dinero que Mikael no podía darle, así que tomó algo muy importante para él…”
No dijo nada más. Luís lo leyó una y otra vez, esperando ansioso saber más, pero la espera fue infructuosa.
-¿Que pasó después? –Preguntó– ¿Que hizo Krabe?
-“No puedo decírtelo aún. Le estamos provocando demasiado. Slender no quiere que sepas toda la verdad aún, puede resultar peligroso. Estas muy cerca de saber la verdad, pero una vez la sepas. La decisión será solo tuya.”
En aquel momento, el informador se desconectó del chat dejando a Luís solo. La cabeza le daba vueltas y vueltas, sus manos temblaban por completo, notaba como Slender entraba en su mente y le torturaba, se levantó cubriéndose la frente con la palma de su mano. Se resistió con todas sus fuerzas, no iba a dejar que ahora Slender ganara, resistiría hasta encontrar la forma de detener su macabro juego.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Detalles: cap. 9

si si, ya se que llevo muuucho tiempo sin colgar nada, pero es debido a mi pequeño trauma de la Entrada X ;_;
cosas nuevas... en verdad no muchas. Simplemente esta musica que podeis usar como ambientación:
http://www.youtube.com/watch?v=Bx5zrFG8bVA&feature=channel&list=UL

y tambien que estoy haciendo un mapa de minecraft para el fic de slender :3
mas info del mapa aqui:
http://www.youtube.com/watch?v=_EgCnSeEBmA&feature=plcp
pues nada, chicos
Cuidaos!!

Cap. 9 La Marca


Cuando Luís se había vestido y había salido de su habitación, Jacob estaba desayunando. Sin decirse nada, Luís se sentó en la mesa y comenzó a desayunar con Jacob, al terminar, cogió las llaves del apartamento y abrió la puerta.
-Me voy a comisaría, ¿de acuerdo? –Jacob solo asintió con la cabeza y Luís se fue.
Cada uno haciendo su vida, pensaron que su relación se había vuelto muy tensa en apenas dos días. Uno por la opinión de la policía respecto al otro. Otro por conocer la muerte del padre del susodicho sujeto. Jacob suspiró, queriendo eliminar aquellas sospechas e hizo vida normal. Luís bajó por las escaleras recordando su plan, había pensado una manera “sencilla” de robar las fotografías del Inspector. Repasando el plan una y otra vez, Luís ni se percató de que una neblina cubría sus pies, entre la neblina se movían dos protuberancias negras que le seguían. Luís cerró la puerta del portal antes de que las protuberancias le alcanzaran. Luís no perdió ni un segundo mientras caminaba por las calles sucias y dejadas de Barcelona camino a la comisaría.
Poco tiempo transcurrió cuando llegó al edificio en cuestión y entró. Miró su reloj, antes de hacer nada esperó unos minutos y preguntó en recepción.
-Disculpe, necesito hablar con el Inspector Rafael Rodríguez.
-Ahora no está disponible, está haciendo papeleo –dijo la recepcionista sin apartar la vista del monitor de su ordenador. Luís esperó un rato mirándola, hasta que se le ocurrió que decir.
-Por favor, es bastante importante… dígale que son “Asuntos Familiares” de parte de Luís.
La recepcionista le miró de reojo unos segundos antes de suspirar y levantarse. El chico pudo entrever tras una puerta como la mujer entraba en el despacho del Inspector y hablaba con él. Poco después ambos volvieron a recepción, el Inspector le hizo un gesto a Luís con la cabeza en señal de que le siguiera, una vez llegaron al despacho y se sentaron, el Inspector le miró y respiró profundamente.
-… ¿De qué quieres hablar?
-Pues verá… –Luís miró el reloj de nuevo, todo debía estar según lo planeado– es sobre su hermano, Jacques Gilbert…
-Ya lo sabes todo de él, no te puedo decir más.
-No le creo, estoy seguro de que usted sabe algo que ni la policía ni nadie más sabe… algo de la desaparición de su hermano.
-¿Como eres tan perspicaz…?
-Lo noté cuando se puso tan nervioso el otro día, en cuanto supo que sabía la historia de su hermano sospechó de mí. ¿Que sabe usted, que no quiera que nadie sepa?
-… Cuando era muy pequeño, mi hermano y yo jugábamos en un parque que había cerca de casa de unas amigas, Diane y Elizabeth. Llevábamos aproximadamente una semana allí, jugando cada día. Mi hermano me decía que tenía miedo de “un señor que nos observaba”, por desgracia no le creí. Pero un día, mi hermano se fue al bosque, dejándome solo. Yo era un niño y tenia miedo a la soledad, así que me adentré para encontrarle, y lo vi al lado de un hombre, quien le agarraba el hombro con su pálida mano. Ese hombre es lo que mas nítidamente recuerdo de mi infancia: Era alto, y quiero decir MUY alto. Iba trajeado y caminaba algo encorvado… Y seguro que no me crees, pero… yo diría que no tenía cara.
Luís tragó saliva al oírlo. ¿Por qué el Inspector vio a Slender, pero no es una víctima? Tras eso volvió a pensar en el objetivo, miró de nuevo el reloj, ya era la hora y no había sucedido lo planeado. Comenzó a ponerse nervioso y a sudar.
-¿Hay algo más que quieras saber…?
-Pues… –Luís intentaba inventarse una excusa sin resultado, secándose el sudor que goteaba de su cabello mientras escuchaba los susurros de Slender en su cabeza. Poco a poco entendía lo que decían, parecía un idioma extranjero, tal vez el mismo de la nota que encontró días atrás, Bielorruso. Volvió a mirar al inspector.
-¿Y bien…? –Justo en ese momento, entró la recepcionista, diciendo que alguien había llamado al Inspector– Espera aquí –le dijo a Luís justo antes de salir del despacho.
En cuanto Luís se aseguró de que nadie miraba, se levantó y comenzó a inspeccionar los cajones de la mesa del inspector Rodríguez, buscando las fotografías. Entre informes y documentos varios, había un sobre con el sello policial, en su interior, las fotografías. Comprobó que estuvieran todas, faltaba la de Jacques Gilbert. Comenzó a buscar por los demás cajones, pero ni rastro de la fotografía.
Mientras tanto, Rodríguez contestaba al teléfono.
-¿Rafael Rodríguez…? –dijo una voz de mujer anciana.
-Sí, soy yo. ¿Se trata de alguna emergencia?
-¡Ay hijo, que alegría oírte!
-¿Perdone…?
-¿No eres mi nieto, Rafael Rodríguez Eustaquio?
-No, se equivoca, ¡soy el inspector de policía Rafael Rodríguez Gilbert! –Dijo ya algo enfadado.
-¡Ay perdona hijo! Es que nunca me acuerdo de como era… ¿no conoces a mi nieto? –La anciana comenzó a contarle su vida al inspector mientras Luís buscaba la fotografía.
Desesperado, Luís tiró por error una pequeña foto enmarcada que había sobre la mesa. Al cogerlo y comprobar que no se había roto, vio que era la foto de Jacques Gilbert, hermano del inspector. Pensó en llevársela, pero recapacitó y la dejó tal y como la había encontrado, en cuanto se volvió a sentar, escuchó la voz del inspector en la otra sala:
-Tranquila señora, y no vuelva a equivocarse de número, ¿eh? –tras colgar, volvió a su despacho y se sentó frente a Luís –Perdona la interrupción, pero tuvimos un problemilla en recepción… y bien, ¿hay algo más que quieras preguntarme?
-Supongo que no… simplemente decirle que siento mucho lo de su hermano…
-Tranquilo, no tienes culpa de nada, y tampoco te culpo por que quieras saber de que va todo esto. Llevo detrás del secuestrador de mi hermano muchos años, por eso me hice policía… Y sé que hay algo común en todas sus víctimas, siempre aparece un extraño símbolo cerca de los cadáveres: un círculo marcado con una X que lo atraviesa… Pero tú, Luís, no tienes nada que ver con todo esto, no tienes porqué preocuparte. Ya puedes irte.
Luís se levantó y se fue del despacho, consciente de que el inspector no tenía razón en cuanto a que él no tenía nada que ver.
El Inspector miró la fotografía de su hermano mientras Luís se iba, cuando vio que este ya salía de la comisaría, abrió un cajón, para comprobar que el sobre con las fotografías había desaparecido. Entristecido, se apoyó en la mesa cubriéndose la frente con la mano, Luís había cometido un delito grave, y estaba obligado a detenerle.
Tras salir de la comisaría y comprobar que mantenía el sobre bajo su chaqueta, Luís cogió su móvil y tecleó rápidamente. No tardaron en responder.
-Te debo una, Emilie –le dijo Luís– Muchas gracias. ¡Llamaste en el momento justo!
-De nada, hombre. Pero no me involucres más en tus movidas si tienen que ver con la poli, no quiero meterme en líos.
Mientras tanto, un misterioso personaje escuchaba la conversación en una habitación a oscuras, solo iluminada por los monitores de varios ordenadores y cámaras de vigilancia.
“Descuida, yo tampoco espero meterme en más líos, ¡hasta otra, Emilie!”
Sonó como se colgaba el teléfono, el personaje comenzó a teclear en su ordenador. En una pared de la sala había decenas de fotografías de personas de todo el mundo, en la mayoría estaba sellado el símbolo de Slender en rojo o negro. Entre las fotografías estaban Luís y el Inspector. El personaje terminó de teclear, de los altavoces sonó la voz del Inspector Rodríguez.
-“¿Diga?”
-Deja que el chico siga investigando –dijo la voz masculina del personaje.
-“¿Tú otra vez? ¿¡Quien eres!?”
-No puedes saber la verdad, si la supieras correrías mucho peligro –para Rodríguez, la voz del hombre sonaba distorsionada –Deja que el chico investigue el caso, confía en mi.
-…Solo quiero que me digas algo… ¿Por qué?
-Porque tu vida, la mía, y posiblemente la de muchos inocentes están ahora en sus manos.
El hombre colgó y se miró la fotografía del inspector, marcada con un signo de interrogación, seguidamente cogió la de Luís y la guardó en un cajón de la mesa.
Jacob estaba en el apartamento de Luís, haciendo vida normal. Cogió su móvil al ver que Luís estaba tardando más de lo habitual, pero se dio cuenta pronto de que no tenía batería. “Mierda, a saber donde está el cargador… –pensó– la última vez que lo vi fue en la habitación de Luís”
Jacob se dirigió a la desastrosa y desordenada habitación de Luís, llena de ropa y cables de cargadores y consolas por el suelo. Suspiró y comenzó a inspeccionarla. Tras varios intentos fallidos y poner orden en la habitación, comenzó a inspeccionar los cajones del armario, cuando rozó algo frío y metálico. Dudoso, extrajo del cajón un revólver que se escondía entre la ropa desordenada, lo miró atónito. ¿Qué hacia un revólver en la habitación de Luís? Entonces recordó las advertencias de la policía acerca de Luís. Él había estado en la escena del crimen y fue interrogado, siendo el principal sospechoso. También recordó las reiteradas veces que Luís se iba y nunca decía a donde. Siempre procuraba no hablar sobre su padre o sobre lo que le explicaba la policía. ¿Y si Luís era realmente el asesino de su padre, Frederick? Jacob no podía ni imaginarlo, pero no obstante ahí estaba, las pruebas lo apuntaban, su comportamiento lo delataba, y ahora había encontrado la posible arma del crimen. En ese momento, sonó la puerta del apartamento y los pasos de Luís acercándose.
-¡Ya he vuelto! –Dijo este alegre.
Jacob tragó saliva, si había matado a su padre, ¿que le haría a él si se enterase de que era el asesino? Se escondió la pistola en la espalda y poco a poco se incorporó para mirarle
-Bien, ya empieza a ser tarde… –dijo con la sonrisa más falsa que ha hecho nunca.
-Es que ya sabes como es el Inspector, se enrolla y se enrolla hablando de sus cosas… Por cierto, ¿que haces en mi habitación?
-Em… buscaba el cargador de mi móvil…
-Ah, pues creo que esta sobre la mesita. –Luís se acercó y Jacob comenzó a sudar, la mano de Luís pasó cerca de Jacob, acercándose a la mesa, mientras Jacob se movía hacia un lado y se escondía mejor la pistola. Luís sacó el cargador de entre un manojo de cables sueltos y se lo ofreció a su compañero– ¡aquí tienes! –dijo con una amplia sonrisa.
-G-gracias. Creo que me voy a mi habitación un rato. –Jacob fue raudo y cruzó el pasillo hasta su habitación, donde cerró la puerta y se apoyó en ella. Volvió a mirar la pistola y pensó:
“¿Es Luís un asesino?”