-De veras que no era necesario que hicieras la cena, Jacob.
-Si voy a estar aquí al menos haré algo de provecho –dijo Jacob sirviéndole
la sopa a Luís en la mesa. Seguidamente se sentó– y bueno… ¿cuáles son los
horarios, donde duermo, a qué hora…?
-Al final del pasillo tengo una habitación sin usar, te pondré un colchón
para que duermas. Y no hay horarios, aquí uno se va a la hora que quiera al
sitio que quiera.
-Vaya vida… yo creo que así no podría vivir mucho tiempo, me largaría al extranjero
–ambos se rieron entre dientes– bueno, si me lo permites, creo que estos días
ordenaré la casa mínimamente.
-Tú mismo, pero tienes trabajo. Y dime... ¿quieres que hablemos del tema…?
–Jacob asintió con la cabeza.
-no me importa, al fin y al cabo nos puede ayudar a saber el porqué de todo
esto… creo que todo esto empezó hace diez años, cuando mi madre, Elizabeth,
murió en un accidente, cayó por un acantilado y fue encontrada por mi padre,
cuando salió a buscarla –Luís escuchó atento aquella explicación, parecía haber
cierta pauta: muy posiblemente Elizabeth fuera asesinada por Slender, tras
morir, Frederick sufre sus acosos, y una vez muerto le había tocado a él, a
Luís– desde entonces, mi padre ha tenido síntomas de locura… recuerdo que una
noche me desperté al oír un disparo, al salir de mi habitación vi a mi padre
con un revólver, había un agujero de bala en la pared, creía que había alguien
–Luís frunció el ceño al oírlo, Jacob nunca vio nada paranormal, pero Frederick
sí que vio a Slender. ¿Por qué solo las víctimas que escoge Slender le ven? Y
aún más misterioso: ¿porque tardó diez años en matarle?– los médicos
diagnosticaron locura esquizofrénica, estuve cuidando de él todos estos años.
El hombre entrañable y cariñoso que conocía se había vuelto loco. Un día dejó
una nota… que decía, escrito con temblores, que se iba a Barcelona huyendo de
“aquello que le acosaba”…
Luís suspiró, tras una larga pausa retiró su plato y lo llevó a la cocina,
tras eso fue a su habitación y se puso con el ordenador. Jacob recogió sus
cosas de la mesa y cruzó el pasillo para prepararse su cuarto. Luís se conectó
a internet y por casualidad vio a su buena amiga Emilie conectada, abrió el
Chat.
-Hey, Emilie –empezó Luís.
-¡Hola, Luís! –contestó ella a través del chat.
-¿Conectada a estas horas?
-Sí, me costaba dormir. Solo han pasado dos días desde que te fuiste y ya
te empiezo a echar de menos…
Emilie era una amiga de la infancia de Luís. Se conocían desde parvulario y
ambos vivían en Madrid, hasta que Emilie se tuvo que ir a Font-Romeu con su
familia cuando tenía 15 años. Luís se quedó en Barcelona al morir su padre
cuando tenía 21 años, cada cierto tiempo se veían en persona, o él iba a
Francia o ella a España, pero el resto del tiempo chateaban.
-Jeje, me tomaré eso como un halago… oye últimamente me he interesado por
un crepypasta.
-¿Cual esta vez? –dijo ella bromeando.
-pues… la de Slender –ella era semi-experta en crepypasta, se sabía los más
famoso, y Slender era uno de ellos.
-vaya, pensé que no te gustaba esa historia.
-ya… pero últimamente me… hablaron de él y me he puesto a cotillear, ya me
conoces. Me gustaría que buscaras cosas también.
-¡de acuerdo! Ya sabes que me gustan mucho los crepypasta
-si esperas un rato te traigo cosas interesantes.
-OK.
Emilie se desconectó del chat un buen rato, mientras tanto, Luís se sentó
en su cama a descansar. Pensó un buen rato en el Inspector Rodríguez y en Jacob
y la historia de su familia. ¿Qué querría el Inspector que le haya interesado?
Miró su ordenador unos instantes, se levantó y se puso a buscar. Buscó en
Google: “Inspector Rodríguez Barcelona” y vio un artículo en Wikipedia:
“Rafael Rodríguez Gilbert
Rafael Rodríguez (1967 – actualidad) es un inspector de policía reconocido
en Barcelona. Nacido el 22 de junio de 1967 en Peumaigre, Francia. Fue nombrado
Inspector de Policía en 1938 y hasta la fecha ha resuelto todo tipo de casos.”
-¿Gilbert…? ¡Jacques Gilbert! –Luís abrió el documento con el Artículo de
Gilbert y leyó la inscripción del sello: “Poste de Pólice de Peumaigre”– el
inspector… ¿conocía a Jacques Gilbert? Un segundo… –Luís siguió leyendo, se
fijó en el nombre de una de las niñas: “Elizabeth Eugene” Luís recordó las
palabras de Jacob: “cuando mi madre, Elizabeth, murió…” y su apellido “Gaspard
Eugene”…– ¡Jacob era hijo de Elizabeth! Entonces… Slender mató a Jacques
Gilbert, quien tiene algún tipo de familiaridad con el Inspector, años después
muere Elizabeth, quien conoció a Jacques, diez años después muere Frederick,
marido de Elizabeth… ¿Quién será el siguiente? –de pronto, sonó un pitidito del
ordenador, Luís puso el chat, había un nuevo mensaje de Emilie.
-¡he encontrado algo muy interesante! –Emilie puso un enlace, Luís lo abrió
y apareció una imagen con un círculo atravesado por una X. Luís lo reconoció como
el símbolo que dejó Frederick antes de morir– dicen que es el símbolo de
Slender. Según un crepypasta, se ha visto tallado en el tronco de algunos
árboles o dibujado con tizas en la roca –Luís se guardó la imagen en una
carpeta apodada “crepypastas”
-gracias, Emilie, me guardaré la imagen.
-¡si te es útil dímelo!
-muchas gracias, me voy a dormir, ¡a ver si te conectas mañana!
-lo mismo digo, ¡adiós!
Luís cerró todas las ventanas abiertas y se levantó para ir a la cama,
cuando de pronto vio, horrorizado, que más allá de la puerta de su habitación
solo había oscuridad. De los bordes de la puerta salía un aura negruzca que iba
entrando cada vez más en la habitación. De las paredes que tocaban la puerta
salieron cuatro largos tentáculos que se iban pegando a la pared mientras se
arrastraban. Luís sacó su navaja rápidamente, amenazando a aquello que hubiera
tras la puerta. De la puerta salió una mano pálida y ensangrentada, la mano se
acercó a Luís, revelando su brazo cubierto por una manga negra. Luís se retiró
hasta la pared, tirando el cuadro que había colgado y la mano se alargó hasta
tocarle el pecho. Su corazón palpitaba a mil por hora, solo había visto el
brazo del ser y ya se había quedado inmóvil. De repente, la mano le atravesó el
pecho y Luís cayó en un profundo sueño…
-¡Luís, Luís, despierta! –Decía la voz lejana de Jacob. Luís se despertó y
vio a Jacob preocupado.
-¿Qué… que ocurre?
-¡Menos mal! Llevo diez minutos tratando de despertarte, ¡casi llamo a una
ambulancia!
-Em… tranquilo, Jacob. Es habitual en mí eso, a veces tengo el sueño muy
profundo… –mintió Luís.
-Uf, pues avisa, me diste un susto de muerte…
-tranquilo… ¿qué hora es?
-las nueve de la mañana, dormilón.
-¿¡tan temprano!? ¡Pues déjame dormir más!
-bueno, aquí te dejo, ¡pero en una hora te despierto!
Jacob cerró la puerta de la habitación al salir. Luís se levantó de la cama
y se dirigió hacia el cuadro que había en la pared, era un cuadro que, en
realidad, era un poster con el Creeper, del juego Minecraft, pero a Luís se le
ocurrió enmarcarlo para que no se rompiera. Luís recordaba que, cuando apareció
Slender, el cuadro se cayó, pero ahora seguía donde estaba.
-no, no fue un sueño –dijo Luís, pensando en voz alta mientras cogía el
cuadro cuidadosamente– no me engañas, Slender. Esta vez no. –Luís sacó el
cuadro, revelando una marca de sangre en forma de mano, marcada en la pared– ¿Porque
haces esto? ¿Qué escondes…?
Este noche va a ser dura.
ResponderEliminarJeje, no tanto, me voy de viaje de estudio con mis amigos. Pero esto es aterrador, adictivo y al mismo tiempo intrigante. Sigue asi :D
muchas gracias :3
ResponderEliminareste tipo de mensajes me empujan a seguir escribiendo!!
espero que disfrutes de los demás capitulos.
corto y cierro!